Una sola Tierra: más acción, más unión

*Oriana Lino Villalba

El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972; se conmemora cada 5 de junio, con el objetivo de fomentar la conciencia ambiental y promover la acción global. Desde entonces, cada año se escoge un país anfitrión y un tema específico, como la biodiversidad, la contaminación por plásticos, la desertificación o el cambio climático. Pero, más allá del enfoque puntual, lo esencial de esta conmemoración es que nos invita a detenernos y reflexionar: ¿cómo estamos tratando al planeta que habitamos?

Durante siglos, los seres humanos hemos desarrollado nuestras civilizaciones como si los recursos naturales fueran infinitos. Hemos extraído, explotado y contaminado, muchas veces sin pensar en las consecuencias. Hoy, esa forma de vida nos está pasando factura. Las temperaturas globales aumentan, los océanos se llenan de plástico, los bosques desaparecen a un ritmo alarmante y muchas especies se extinguen antes de que siquiera las conozcamos. Pero en medio de este panorama, también hay historias de resistencia y de personas haciendo cosas extraordinarias por el planeta.

Y ahí es donde entramos tú y yo. No hace falta ser científico, activista o político para hacer la diferencia. Basta con ser consciente, estar informado y actuar con intención. ¿Cómo podemos incidir desde lo cotidiano? Comparto algunas maneras para marcar la diferencia: 1) reducir el uso de plásticos de un solo uso: usar bolsas de tela para hacer las compras, evitar productos con mucho empaque, comprar a granel cuando sea posible; 2) ahorrar energía en casa: aprovechar la luz natural, apagar luces que no se usan, usar electrodomésticos eficientes energéticamente; 3) elegir una alimentación más sostenible: consumir productos locales y de temporada, reducir el desperdicio de alimentos; 4) separar correctamente los residuos: separar residuos orgánicos e inorgánicos, realizar abono orgánico; 5) participar y educar: informar y compartir lo que aprendes, apoyar proyectos ambientales locales, enseñar a niñas, niños y jóvenes la importancia de cuidar el planeta.

Más allá de lo que decimos, lo que más impacta a quienes nos rodean es lo que hacemos, ser coherentes con nuestras acciones es una forma poderosa de inspirar. Muchas veces vivimos desconectados de lo que nos rodea. El ruido, el ritmo acelerado de la vida moderna, la tecnología, todo contribuye a alejarnos de la naturaleza. Pero, ¿cómo vamos a cuidar lo que no conocemos o no valoramos?

Tomarnos tiempo para caminar por un bosque, visitar un parque, observar un ave o simplemente respirar aire fresco puede ayudarnos a reconectar. Y cuando entendemos que somos parte de la naturaleza, empezamos a tratarla con el respeto que merece. Al final, proteger el medio ambiente no es solo un acto altruista, es un acto de supervivencia. Estamos hablando del aire que respiramos, del agua que bebemos, de los alimentos que consumimos, de nuestra salud, nuestro bienestar y el de las generaciones futuras.

El Día Mundial del Medio Ambiente no es un final, es un punto de partida. Es una oportunidad para evaluar cómo estamos viviendo y cómo queremos vivir. Para preguntarnos qué planeta le queremos dejar a quienes vienen detrás. La suma de millones de gestos individuales puede crear un cambio colectivo imparable, te invito a tomar acción ahora.

*Es parte del programa TIPAs Bolivia, Fundación Amigos de la Naturaleza