Mejorar la vivienda reduce violencia y enfermedades en mujeres de asentamientos informales

ESTRATEGIA. Podrían evitarse hasta 80.000 muertes y más de 42 millones de episodios de violencia en América Latina. En Bolivia se ha desarrollado una experiencia exitosa para brindar acceso al agua.

Mejorar las condiciones de vivienda en asentamientos informales no solo es una cuestión de infraestructura, sino una estrategia crítica de salud pública y equidad de género. Así lo afirma el nuevo informe de Hábitat para la Humanidad Internacional, que advierte que con inversiones adecuadas se podrían evitar en un solo año más de 42 millones de episodios de violencia de género, más de 20 millones de enfermedades y más de 80 mil muertes prevenibles.

El documento, titulado «Mejoras en asentamientos informales y salud de las mujeres», presenta evidencia del impacto directo de mejoras habitacionales como el acceso a agua potable, ventilación adecuada, baños privados y espacios verdes sobre la salud de mujeres que viven en contextos de alta vulnerabilidad urbana. Con más de 1.100 millones de personas viviendo actualmente en asentamientos informales, la mayoría de ellas mujeres, el informe destaca la necesidad de priorizar estas intervenciones en políticas públicas globales.

La salud de las mujeres está profundamente marcada por el lugar donde viven. Transformar la vivienda es también transformar su dignidad, su salud y su derecho a vivir sin miedo.” afirmó Ernesto Castro, vicepresidente de Hábitat para la Humanidad Latinoamérica y el Caribe.

Hoy contamos con evidencia clara: invertir en vivienda mejora directamente la salud de las mujeres. Es tiempo de que los actores globales conecten los puntos entre salud y hábitat, e incorporen soluciones habitacionales con liderazgo comunitario en las estrategias de salud pública.”

Entre los datos más relevantes, el informe estima que evitar la defecación al aire libre podría reducir en un 55,6 % los casos de violencia de género. El acceso a agua corriente puede reducir hasta en un 79 % las infecciones gastrointestinales, mientras que el uso de combustibles limpios para cocinar puede disminuir un 37,5 % los casos de infecciones respiratorias. Además, contar con un baño privado reduce un 77,3 % el riesgo de infecciones del tracto urinario.


Lo que se puede evitar en sólo un año

  • 20,3 millones de enfermedades prevenidas, incluyendo infecciones respiratorias y reproductivas, y enfermedades relacionadas con el calor.
  • 42,9 millones de episodios de violencia de género evitados, incluyendo uno de cada 17 casos de violencia sexual.
  • 80.200 muertes prevenibles evitadas, incluyendo una de cada cuatro muertes maternas y una de cada seis por golpes de calor.

Experiencias exitosas

Los resultados están respaldados por experiencias en terreno. En Argentina, desde la pandemia, Hábitat para la Humanidad implementó un programa de mejoramientos sanitarios con enfoque de salud menstrual, mediante el cual se distribuyeron 1.523 sets de baños con talleres comunitarios sobre menstruación y entrega de insumos reutilizables. Las mujeres beneficiadas destacaron mejoras en salud, seguridad y dignidad.

En Brasil, una encuesta realizada en comunidades que participaron en programas de mejoramiento arrojó que el 94 % de las personas considera que su hogar es más saludable, el 98 % reportó una mejora en su autoestima y el 96 % afirmó que puede realizar actividades de higiene personal con mayor facilidad. El 89 % de las familias dijo haber experimentado mejoras en síntomas respiratorios tras las intervenciones.

En Bolivia, el proyecto Yaku brindó acceso domiciliario y comunitario a agua, duchas y lavanderías en zonas periurbanas de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, beneficiando a más de 78 mil personas. La disponibilidad continua de agua redujo enfermedades, mejoró la higiene menstrual y disminuyó la exposición a situaciones de riesgo. Además, el programa formó mujeres plomeras para fortalecer su autonomía económica.

Mejorar las viviendas, implica un avance mayor en la calidad de vida de las mujeres, ya que son las que pasan más tiempo en su hogar.

“Estos ejemplos demuestran que, al mejorar las condiciones de la vivienda en asentamientos informales, se logra mejorar el bienestar de las mujeres de manera prioritaria, ya que las mujeres están sobrerrepresentadas en estos asentamientos, y además tienden a pasar más tiempo que los hombres al interior de las viviendas”, dice Maria Carrizosa, directora Asociada de Política Global de Vivienda en Hábitat para la Humanidad Internacional.

Fuente: Agencia InnContext y Habitat.org