CONTAMINACIÓN. Bolivia apenas recicla el 8% del plástico. La REP marcará un cambio en la gestión de residuos de las empresas. Se requieren alianzas público-privadas.
Karina Vargas Alba
Bolivia duplicó su producción de plástico en los últimos 20 años. Y apenas el 8,7% se recicla. El resto termina en vertederos, en medio de la naturaleza o quemado, con un grave impacto ambiental, para la salud humana y grandes pérdidas para la economía. En definitiva, el sistema de plástico en el país está roto.
No obstante, impulsar su reúso o su conversión en un nuevo producto, a través de modelos de economía circular, es una oportunidad económica que se debería aprovechar a través del impulso a la investigación e innovación, de alianzas público-privadas para viabilizar inversiones y con normas que incentiven este tipo de procesos.
Estas son algunas de las conclusiones del foro “Cero plásticos: desafíos y oportunidades”, que se realizó en el marco de la Semana Verde organizada por el Colegio de Ingenieros Ambientales y con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de junio. Este año el lema a nivel global es “Sin contaminación por plásticos” y el objetivo del panel fue evaluar la situación en el departamento.
El grupo de panelistas estuvo integrado por Jordi Surkin, director de Conservación de WWF; Soledad Villalobos, encargada de Seguimiento y Control Operativo de EMACRUZ; Viviana Balcázar, directora del Servicio de Calidad Ambiental de la Gobernación de Santa Cruz; y José Manuel Vidal, gerente de Proyectos de Sogas Búfalo, quienes contribuyeron con propuestas desde sus roles.
Acciones urgentes
La certeza de que el plástico es un problema ambiental y de salud, debe movilizar a los diferentes sectores de la sociedad para impulsar la concientización y educación ciudadana, pero también en la generación de políticas públicas y condiciones que incentiven la recuperación, reutilización y reciclaje de este material. Además, es necesario poner especial atención en el plástico de un solo uso, aquel que no tiene oportunidad de ser incorporado a nuevos procesos productivos.
Actualmente se está avanzando en la aplicación de la reglamentación para la Responsabilidad Extendida del Productor (REP), en el marco de la ley 755 de gestión de residuos sólidos, y que implicará a las empresas en la gestión ambiental más allá de la fabricación, llegando hasta el proceso de consumo.
Esto puede ser una oportunidad para avanzar, pero las empresas necesitan claridad con relación a las exigencias que habrá para estos procesos adicionales. Es muy probable que demanden inversiones, la incorporación de tecnología y desarrollo, por lo que una de las alternativas es conformar consorcios entre compañías del mismo rubro.

Emacruz realiza campañas en los mercados para fomentar el uso de bolsas reutilizables. La premisa es generar cambios en los hábitos de consumo.
Políticas públicas
Otro elemento central para avanzar en la adecuada gestión del plástico y otros residuos, es impulsar alianzas público-privadas. Esto permitiría realizar inversiones que hoy son necesarias y que las gobernaciones y municipios no están en condiciones de realizar, como las destinadas a construir plantas de tratamiento.
En ese sentido, Balcázar explicó que la Gobernación de Santa Cruz está impulsando un modelo de concesiones, además de la conformación de mancomunidades entre los municipios más pequeños, que son los más afectados por la falta de sistemas de gestión y donde los desechos terminan en botaderos sin condiciones para su tratamiento.
Por su parte, Villalobos indicó que la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra está en la fase final de aprobación de un reglamento municipal de gestión integral de residuos sólidos, en el cual se ha incorporado un capítulo exclusivo para los plásticos de un solo uso. Esto implicará acciones específicas para tiendas de barrio, supermercados y mercados, entre otros establecimientos, que mueven grandes cantidades de bolsas.
Oportunidades de negocio
Vidal fue enfático al señalar que la sostenibilidad y la economía circular son rentables. Y esto debe verse no sólo en términos económicos, sino reputacionales. Por ello, indicó que es necesario avanzar en este modelo de producción y convertirlo en un estilo de vida para la población, que no sólo permitirá mitigar la contaminación, sino que impactar a través de la generación de fuentes de trabajo. Esto también implica impulsar la innovación.
Actualmente, alrededor de 2.000 recolectores recorren la ciudad. Menos son los que están trabajando en el programa de recolección diferenciada impulsado por Emacruz junto a otras organizaciones como Swisscontact y Amigarse. La Gobernación considera que, con una planta de procesamiento adecuada, se pueden generar hasta 8.000 puestos de trabajo y más de 50 millones de dólares.
Como parte de las conclusiones del foro, también se propuso la liberación impositiva para la importación de maquinaria e insumos que permitan avanzar en el reciclaje de diversos materiales.
Importante
- El 30% del material que se recupera en la ciudad, es plástico.
- Santa Cruz de la Sierra cuenta con un sistema de recojo diferenciado en cuatro macrozonas de la ciudad. Esto se realiza a través de asociaciones de recolectores, con camiones del programa de Emacruz y de lunes a sábado, a través de 42 rutas definidas. Este programa de reciclaje inclusivo, cuenta con el apoyo de instituciones como Amigarse, Swisscontact y Fundación Coca-Cola.
- En 2024 se recuperaron 535 toneladas de residuos a través de este programa.
- Está en marcha el programa de ecoestaciones de reciclaje. La primera funciona en el Parque Urbano, con capacidad de 20 metros cúbicos para diferentes materiales.
Prioridades
Surkin explicó que, en el país, cada persona absorbe el equivalente a una tarjeta de crédito semanal de partículas de plástico, a través de los alimentos o por inhalación. Lamentó que la población no sea consciente del riesgo para su salud, pero tampoco de que no es necesario usar tantas bolsas.
Esto refleja la urgencia de adoptar medidas. Una de ellas es la creación e implementación de un marco normativo que refleje restricciones y prohibiciones de uso y producción de plásticos de un solo uso, generando incentivos y sanciones. No obstante, lo más importante es generar cambios en los hábitos de consumo.
Además, Bolivia debe firmar el Tratado Global de Plásticos, que actualmente se discute en el marco de Naciones Unidas y que tendrá la fase final de negociaciones en agosto de este año.
“En la medida que se reduzca el consumo, se reducirá la producción”, aseveró Jordi Surkin.
Una frase que ratificó la certeza de que la reducción del plástico es tarea de todos.

Los recolectores realizan la separación de los diferentes materiales.
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