SALUD. Este acuerdo supone un gran paso hacia una mayor cooperación mundial para proteger vidas y evitar las devastadoras consecuencias de futuros brotes.
Tras tres años de negociaciones desencadenadas por la crisis del COVID-19, los países han adoptado el primer compromiso internacional de la historia para prevenir, preparar y responder mejor a futuras pandemias, y así evitar los errores cometidos durante la crisis del Covid-19. El nuevo acuerdo supone un gran paso hacia una mayor cooperación mundial para proteger vidas y evitar las devastadoras consecuencias de futuros brotes.
“El acuerdo es una victoria para la salud pública, la ciencia y la acción multilateral”, declaró, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras la histórica decisión se tomó en la Asamblea Mundial de la Salud, la reunión anual de la OMS.
«Garantizará que, colectivamente, podamos proteger mejor al mundo de futuras amenazas pandémicas”, aseveró.
El compromiso de los Estados es asegurar una respuesta más equitativa y coordinada a nivel mundial, con especial atención a los países con menos recursos para que los productos sanitarios lleguen a quienes más los necesitan, independientemente de su poder adquisitivo.
Las secuelas del Covid-19
Los efectos de la devastadora pandemia de COVID-19 aún se sienten. Alrededor de siete millones de personas murieron, los sistemas sanitarios se vieron desbordados y la economía mundial prácticamente se paralizó.
La conmoción mundial llevó a una comunidad internacional atónita a alcanzar un acuerdo destinado a evitar que se repitiera un acontecimiento tan catastrófico y a garantizar que el mundo estuviera mucho mejor preparado en el futuro. El acuerdo se había aprobado el lunes por abrumadora mayoría: 124 votos a favor, 0 objeciones, 11 abstenciones. Por ello, este martes la adopción formal tuvo un aire de celebración.
“Es también un reconocimiento por parte de la comunidad internacional de que nuestros ciudadanos, sociedades y economías no deben quedar expuestos a sufrir de nuevo pérdidas como las sufridas durante el COVID-19”, expresó Tedros.

La Asamblea Mundial de la Salud prácticamente logró un consenso.
Una oportunidad única en la vida
La pandemia puso al descubierto graves desigualdades entre los países y dentro de ellos en lo que respecta a diagnósticos, tratamientos y vacunas, y uno de los principales objetivos del acuerdo es colmar las lagunas y tratar futuras pandemias de una manera más justa y eficiente.
Según el acuerdo, los fabricantes farmacéuticos que participen en el sistema multilateral de acceso a patógenos y distribución de beneficios (PABS) desempeñarán un papel clave en el acceso equitativo y oportuno a los productos sanitarios relacionados con la pandemia, poniendo a disposición de la OMS «un acceso rápido dirigido al 20% de su producción en tiempo real de vacunas, terapias y diagnósticos seguros, de calidad y eficaces para el patógeno causante de la emergencia pandémica».
La distribución de estos productos a los países se llevará a cabo en función del riesgo y la necesidad de salud pública, con especial atención a las necesidades de los países en desarrollo.
Además, los países que detecten virus con potencial pandémico deberán compartir las muestras y su secuencia genética, y a cambio recibirán al menos un 10% de los productos resultantes en forma de donación, y otro 10% a precios asequibles. Los detalles operativos, sin embargo, se decidirán en un anexo aún por negociar.
Próximos pasos
La adopción ha sido aclamada como un paso pionero, pero esto es sólo el principio del proceso. El siguiente paso es poner en práctica el acuerdo, iniciando un proceso para redactar y negociar un sistema de acceso a patógenos y distribución de beneficios (PABS) a través de un Grupo de Trabajo Intergubernamental. El resultado de este proceso se estudiará en la Asamblea Mundial de la Salud del próximo año.
Otras disposiciones incluyen un nuevo mecanismo financiero para la prevención, preparación y respuesta ante pandemias, y la creación de una Red Mundial de Cadena de Suministro y Logística.

Solo 11 países se abstuvieron en la votación. Ningún delegado votó en contra.
Soberanía, ausencia y abstenciones
La cuestión de la soberanía nacional se ha planteado varias veces durante el proceso de negociación del acuerdo, reflejo de las falsas afirmaciones en línea de que la OMS está intentando de alguna manera arrebatar el control a cada país.
El acuerdo se esfuerza en señalar que no es así, afirmando que nada de lo que contiene otorga a la OMS autoridad alguna para cambiar o interferir en las leyes nacionales, u obligar a los países a tomar medidas como la prohibición de viajar, la imposición de vacunaciones o la aplicación de cierres patronales.
Durante la votación, once países se abstuvieron, entre ellos Polonia, Israel, Italia, Rusia, Eslovaquia e Irán. Estados Unidos, que ha iniciado el proceso de retirada de la OMS, que dura un año, tampoco participó en la votación.
En un vídeo dirigido a la Asamblea, el secretario de Sanidad estadounidense, Robert F. Kennedy, censuró a la OMS, acusando a la agencia de la ONU de haber «doblado la apuesta con el Acuerdo sobre Pandemias que bloqueará toda la disfunción de la respuesta pandémica de la OMS (…) no vamos a participar en eso».