La fuerza de los datos empuja a las ciudades a combatir la contaminación plástica

RESIDUOS. Los indicadores permiten justificar las inversiones que se requieren para realizar una adecuada gestión de residuos. Lagos, en Nigeria, es un ejemplo.

Era principios de la década de 2020, y la capital de Nigeria -una ciudad de 22 millones de habitantes- estaba abrumada por la contaminación plástica. Los sobres de agua y los envases de comida para llevar, obstruían los canales, llenaban las calles de basura y rebosaban de los vertederos.

Pero, a pesar de lo evidente del problema, las autoridades municipales necesitaban saber exactamente cuánta contaminación plástica generaba Lagos. Estos datos serían clave para desarrollar soluciones políticas. Por ello, la ciudad se asoció con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) para realizar la primera auditoría de sus residuos.

Los resultados fueron sorprendentes. Unos 34 kilogramos de residuos plásticos por persona al año se filtraban al sistema de agua de Lagos. Esto equivale a que cada residente tirara 10 botellas de agua de plástico a los cursos de agua cada día. 

Las revelaciones llevaron al gobierno de la región, a prohibir en 2024 todos los envases de alimentos de un solo uso fabricados con espuma de poliestireno, también conocida como poliestireno expandido.

«Los datos nos convencieron para mantener nuestra voluntad política», afirma Tokunbo Wahab, comisionado de Medio Ambiente y Recursos Hídricos del gobierno del estado de Lagos.

La fuerza de los datos

Lagos es una de las cada vez más ciudades que intentan utilizar datos, a menudo recopilados minuciosamente mediante visitas a vertederos y encuestas de hogares, para controlar los residuos plásticos y acabar con la contaminación. La investigación ha dado lugar a la prohibición de los plásticos de un solo uso y a nuevas inversiones en infraestructura de gestión de residuos. Los expertos afirman que medidas como estas son cruciales para frenar la contaminación plástica, considerada una amenaza creciente para el medio ambiente.

“A nivel mundial, existen enormes lagunas de datos y problemas de fiabilidad en lo que respecta a los residuos plásticos y la contaminación por plásticos”, afirma Sinikinesh Jimma, director de la División Marina y de Agua Dulce del PNUMA.

“Resolverlos es crucial para desarrollar políticas basadas en la evidencia y contrarrestar esta crisis en auge”, agrega.

En Lagos, la capital de Nigeria, el cambio se inició luego de comprobar que un promedio de 34 kgrs. por persona, llegaban a los cursos de agua.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el mundo generó alrededor de 400 millones de toneladas de residuos plásticos en 2024. Se prevé que esa cifra casi se triplique en los próximos 25 años, y algunos de los aumentos más pronunciados se producirán en los países en desarrollo, especialmente en las regiones de África y Asia-Pacífico. Si se mantienen las tendencias actuales, gran parte de ese plástico acabará en ríos, lagos y océanos.

Ciudades sabias

A pesar de lo evidente de la contaminación, se necesitan datos para justificar costosas inversiones en infraestructura de gestión de residuos, como centros de reciclaje. El PNUMA y ONU-Hábitat, por ejemplo, han desarrollado la Herramienta Ciudades Sabias en Residuos, una serie de directrices que ayudan a las ciudades a calcular la cantidad de residuos plásticos que generan.

La herramienta sirvió de base para una auditoría en la bulliciosa ciudad portuaria keniana de Mombasa. Allí, los funcionarios revisaron la basura de decenas de familias voluntarias, tanto de altos como de bajos ingresos, catalogando la cantidad de plástico y otros residuos que contenía. Los inspectores también visitaron vertederos, registrando el volumen de residuos plásticos y si provenían de recolectores formales o informales.

La investigación mostró que en 2020 solo se recolectó alrededor del 50% de los residuos de Mombasa y solo se recuperó el 5%. Los datos ayudaron a la ciudad a conseguir financiación para una planta de clasificación de residuos plásticos. Dos agencias internacionales de ayuda están evaluando una inversión a gran escala que mejoraría todo el sistema municipal de residuos sólidos de Mombasa.

Un hub de plásticos

Los datos relacionados con los residuos de Mombasa y otras ciudades se están canalizando al Global Plastics Hub , una plataforma desarrollada por el PNUMA y respaldada por la Alianza Mundial sobre la Contaminación Plástica y la Basura Marina.

El centro, que ha sido financiado por los gobiernos de Japón, Noruega y los Estados Unidos de América, está diseñado para ser una ventanilla única donde los funcionarios gubernamentales, y otros, pueden rastrear 80 indicadores relacionados con la contaminación plástica.

El portal es una de las plataformas más completas de su tipo en el mundo. Los paneles de control detallados de los países rastrean cuánto plástico comercian los países, cómo gestionan los residuos plásticos y qué políticas tienen para contrarrestar la contaminación plástica. Está diseñado para ayudar a los países a tomar decisiones más informadas.

“Muchas ciudades se están quedando sin tiempo para abordar este problema. Es fundamental que los municipios cubran la falta de datos y avancen en la reducción de la contaminación por plásticos”, afirma Jimma.

Fuente: PNUMA