RECICLAJE. El objetivo es reducir la basura que llega al vertedero y generar biofertilizante para mejorar la calidad de la tierra en jardines y huertos.
Transformar los residuos orgánicos en abono y tierra fértil, fue el desafío con el que arrancó CompostArte. Esta semana el programa inició su segunda fase, luego de un exitoso inicio que movilizó a familias, instituciones y barrios de Santa Cruz de la Sierra, en torno a una meta común: compostar para regenerar.
La iniciativa forma parte del proyecto Ciudades Circulares, impulsado por Swiss Contact, Emacruz y Ecofractal SRL, y busca impulsar una adecuada gestión de los residuos orgánicos. La primera fase dejó buenos resultados. Muchas de las familias beneficiarias con las composteras y la capacitación, hoy cosechan y utilizan el biofertilizante en sus jardines o huertos, e, incluso, lo comercializan.
La segunda etapa expandirá su alcance, sumando a hogares, universidades y colegios públicos, con el objetivo de fomentar prácticas sostenibles y conciencia ecológica.
La primera fase arrancó en noviembre y los resultados fueron muy positivos, con experiencias que reflejaron una reducción de hasta un 50% en la basura que habitualmente se generaba en el hogar. De acuerdo a Emacruz, se transformaron 108 toneladas de residuos orgánicos y se cosecharon 45 toneladas de compost o abono.
Menos residuos al vertedero
La campaña, que se desarrollará entre mayo y octubre, tiene como objetivo principal reducir la cantidad de residuos orgánicos que llegan al relleno sanitario de la ciudad, a través de la puesta en marcha de sistemas de compostaje. A través de talleres prácticos y asesoramiento continuo, los beneficiarios aprenden a transformar sus residuos orgánicos en abono natural, contribuyendo así al cuidado del medio ambiente y a la mejora de la calidad del suelo.
“CompostArte no solo proporciona herramientas para el manejo de residuos, sino que también involucra a la comunidad en un proceso de aprendizaje y responsabilidad ambiental”, afirmó Jorge Barba, responsable de Planificación de Emacruz.
Precisó que las expectativas para la nueva versión son altas y el interés de las personas, “asegura que el aprovechamiento de residuos seguirá creciendo en la ciudad”.
Por su parte, Viviana Parada, representante de Swisscontact Bolivia, expresó su satisfacción por el inicio de esta nueva etapa y aseguró que el interés ciudadano es fundamental para transformar el manejo de los residuos sólidos en la capital cruceña.
“Estamos muy contentos por el lanzamiento de la segunda campaña y esperamos que la población siga mostrando interés en adquirir técnicas para reutilizar y aprovechar los residuos que generan en casa, evitando que terminen en el relleno sanitario”, dijo.

Ella es Rose Marie Ayala, formó parte de la primera fase de CompostArte, y es un ejemplo de los buenos resultados que se pueden obtener con esta práctica. A su lado, Pablo Mansal, de Ecofractal.
Mejor calidad de vida
Parada destacó que Swisscontact, a través del proyecto Ciudades Circulares, continuará acompañando el proceso junto a Emacruz.
“Más allá del acompañamiento técnico, tenemos el interés de seguir fortaleciendo prácticas medioambientales que mejoren la calidad de vida de todos”, aseguró Parada.
Los beneficiarios de esta segunda versión fueron seleccionados entre los inscritos de la primera convocatoria, en función del compromiso demostrado con prácticas sostenibles. “Esperamos que esta experiencia inspire a otros ciudadanos a adoptar hábitos responsables y a contribuir activamente al cuidado del planeta”, añadió Parada.
Capacitación y equipos
Pablo Mansal, representante de Ecofractal, explicó que la empresa es la encargada de dotar los implementos para las composteras, además de ofrecer capacitación y asesoramiento técnico a cada uno de los beneficiarios.
“La primera versión fue muy enriquecedora, con diferentes actividades que se replicarán. Es alentador ver que la ciudadanía está cada vez más interesada en dar una nueva oportunidad a los residuos que pueden convertirse en algo tan productivo como el abono”, afirmó.
Uno de los casos exitosos de la primera versión fue el de la Dirección de Servicios Universitarios (DSU) de la universidad estatal. Su director, Celso Quiroga, destacó los beneficios obtenidos gracias a la implementación del compostaje:
“Al contar con comedor universitario, generamos una gran cantidad de residuos orgánicos que fueron transformados en 120 kilos de abono, el cual utilizamos en nuestro vivero. Estamos muy agradecidos y comprometidos a seguir con este proceso”, concluyó.