Unicef marca a los candidatos una agenda urgente por la niñez y adolescencia

PRIORIDADES. Las acciones deben desarrollarse para brindar protección social, poner fin a la violencia y garantizar el acceso a educación y salud de calidad.

La niñez y la adolescencia deben estar en la agenda de los candidatos a las próximas elecciones. Unicef presentó cuatro prioridades para que estos grupos, que representan el 38% de la población, tengan la atención que requieren. Estas son protección social, fin de la violencia y acceso a educación y salud de calidad.

“Esta población, esencial para el presente y futuro de cualquier país, es la que tiene menos oportunidades para que sus necesidades sean escuchadas en la formulación de políticas públicas”, dice el documento de Unicef que propone esta agenda urgente con la niñez.

De acuerdo a la entidad de Naciones Unidas, en el país la niñez y la adolescencia históricamente han sido poblaciones insuficientemente abordadas en las propuestas de gobierno y en los debates durante las campañas electorales. Es más, en palabras de Diego Pemintel, jefe de Políticas Públicas de Unicef, vieron con preocupación que en el último tiempo la economía, el combustible y los dólares absorbieron casi la totalidad del debate y las entrevistas, y encontraron “muy pocas propuestas con relación a la niñez”. 

Cuatro de cada 10 bolivianos son un niño o un adolescente, esto quiere decir, 4,6 millones de personas.

Protección social

Actualmente, el 50% de la niñez en Bolivia vive en pobreza, en contraste con el 36.5% de la población general. La inversión en protección social para la niñez es del 0,3% del Producto Interno Bruto (PIB), un porcentaje significativamente menor al que asignan países como Brasil (1.4%) y Argentina (1.7%).

Además, el 31.6% de niñas, niños y adolescentes indica que su familia enfrenta dificultades económicas; el 10.4% menciona que estas son graves

Por ello, Unicef propone establecer un sistema de protección social específico con subsidios directos para familias en pobreza extrema; desarrollar una estrategia nacional de reducción de pobreza infantil con presupuesto garantizado y objetivos medibles: y blindar los presupuestos sociales para evitar recortes en servicios esenciales para la niñez.

Fin a la violencia

En 2024 se reportaron 45,396 casos de violencia intrafamiliar, 6,868 casos de violencia sexual y 38 infanticidios. Las instituciones de protección enfrentan limitaciones en recursos y personal capacitado. El 46% de adolescentes no se siente seguro en la escuela y el 53% en su comunidad.

La propuesta en este caso es fortalecer el sistema de protección a la niñez, con mejor articulación institucional y financiamiento adecuado; crear un sistema de información unificado para seguimiento de casos de violencia y atención a víctimas, e implementar un Plan Nacional de Protección Integral, con enfoque multisectorial y mecanismos de monitoreo.

Educación de calidad

En 2020, 7 de cada 10 estudiantes de tercer grado y 8 de cada 10 de sexto grado obtuvieron los peores resultados en comprensión lectora. El 20% de adolescentes no accede a educación secundaria. El 61% de los adolescentes consulados cree que la educación podría mejorar y el 56% pide que se priorice la calidad educativa y actualización curricular.

La propuesta de Unicef es optimizar el presupuesto educativo para mejorar aprendizajes y cobertura en educación preescolar y secundaria; modernizar el sistema educativo, integrando alfabetización digital, inteligencia artificial y programación; e implementar evaluaciones periódicas y programas de refuerzo escolar para mejorar el aprendizaje.

Acceso a salud

La mortalidad infantil en Bolivia es de 24 por 1.000 nacidos vivos, casi el doble del promedio regional (12.9). El 54% de niños menores de cinco años sufre anemia y la desnutrición crónica es del 16%. El 40% de adolescentes no recibe información sobre métodos anticonceptivos, y 8 de cada 10 no cuentan con atención en salud mental.

Ante esto, Unicef propone fortalecer la atención primaria, con mayor inversión en prevención y promoción de salud; garantizar un desarrollo integral desde la gestación hasta la adolescencia, con enfoque en nutrición y vacunación; y construir un sistema de salud resiliente, preparado para crisis sanitarias y con respuesta rápida ante emergencias.